Hablar de la pintura de Antonio Castillo es hablar de luces, de
sombras y de sentimientos porque su vida esta llena de luces y sombras pero
también de sentimientos, porque el ama lo que pinta. Pero también tenemos que
hablar de oficio y de honradez profesional porque el es alguien que trabaja y
dedica mucho tiempo a la pintura cuidando el mas mínimo detalle de cada obra
para que esta sea sincera y de verdad.
Pero Antonio Castillo no solo es un trabajador, es también un
luchador porque ha sido siempre un pintor autodidacta, que nació en la
localidad aljarafeña de Almensilla en el año 1955 y que desde sus primeros años
fue atrapado por el mundo de la pintura y se encaminó sin ningún tipo de ayuda
ni enseñanza en este arte, de tal forma que su primer pincel nació de su
imaginación, una varita de olivo y un trapito cuando tan solo contaba con nueve
años de edad.
Siempre ha sido así y siempre ha luchado contra cualquier
adversidad y logrando vencer en todas ellas. Su constancia, su tesón y su
capacidad ilimitada de trabajo le ha permitido llegar a su madurez colmado de
la sabiduría que su propia investigación y destreza le aportan, exponiéndose su
obra en Marbella en el MAC 21, en Cabra, en Almensilla además de en la Galería de Pueyo donde
fueron reconocidas y valoradas por prestigiosos críticos. También ha
participado en distintos concursos al aire libre en Puebla del Río, San Juan,
Camas, Dos hermanas y ha ganado infinidad de premios por carteles en sitios tan
dispares como Bollullos de la
Mitación , San Juan, Almensilla y Santiponce.
Pero quizás lo mas importante es que todo este conocimiento lo ha
puesto durante 5 años en su pueblo natal a disposición de todo aquel que como
el dice lleva el aceite de linaza y el aguarrás en las venas al ser el profesor
de pintura en el taller municipal,
dejando una verdadera escuela y una afición inimaginable en muchos niños e
incluso en personas mayores.
Su pincelada suave, sin dramatismo y el manejo del pigmento,
provoca que el espectador observe la vida llena de luminosidad, sin blancos ni
negros, simplemente una mezcla de colores que muestra el perfil de un pintor único,
respetado y querido por todos los que lo conocemos. Ha sido capaz de crear su
propia escuela, su propio lenguaje, logrando una sensación de frescura y de originalidad
reservada solo a los grandes maestros.
Estamos ante un pintor lleno de sentimientos y con una mano
prodigiosa dirigida por la sencillez.
Disfrutémoslo.
Texto: Diego López Sanabria
Fotografía: EPStudio.es (Ezequiel Pallarés)
Texto: Diego López Sanabria
Fotografía: EPStudio.es (Ezequiel Pallarés)
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